Durante una calorosa mañana de primavera, un pequeño conejo era perseguido con rápidez por una par de perros. La velocidad que llevaban era tal, que más que correr, el pobre conejo daba la impresión de que apenas podía tocar el pasto con sus pequeñas patitas.
Pero la providencia quiso que corriera cerca de la madriguera de uno de sus mejores amigos,quien al verlo salió para preguntarle:
«Amigo ¿a dónde a vas tan aprisa?»
«Mira a lo lejos» dijo casi sin aliento «y verás a los dos galgos que me están siguiendo.»
«Estoy de acuerdo amigo, a lo lejos puedo ver dos canes… pero no son galgos como dices, sino podencos.»
«Me temo, mi estimado amigo, que estás mal en tu pensar, pues mis abuelos me enseñaron muy bien, y estos que me persiguen no son otra cosa que dos enormes galgos.»
«Más lo lamento por ti,porque a mí me han enseñado que esos perros que se cercan son dos podencos.»
Tan acalorada estaba el debate de los dos conejos, que no notaron que los perros ya habían llegado, siendo capturados en un abrir y cerrar de ojos.
Moraleja de Los Dos Conejos
No hay que dejar nunca que las pequeñas cosas te distraigan de lo que es verdaderamente importante
super la fabula