Una mañana se encontraba un burro caminando relajado por un prado como solía hacer normalmente. Mientras paseaba se sentía traquilo pero y también un poco aburrido. Se acostó en el pasto verde y comió un poco, aún así seguía aburrido. Decidió continuar con su paseo.
El burro siguió caminando mientras veía fascinado el paisaje, cuando de repente halló una flauta abandonada por olvido hace mucho tiempo, pudo haber sido de un pastor, un músico o un soldado. El burro curioso y sin saber que hacer, se acercó de espacio al instrumento, lo olió y al convencerse de que no había peligro, decidió soplar. Al hacerlo, el aire entró en la flauta y creando un sonido delicado y agradabledable.
«Estoy impresionado. He hecho un sonido magistral. Toda una obra de arte y estoy seguro que nací para dedicarme a la música.» Pensó el burro al escuchar su creación fortuita.
Feliz por lo que escuchó, el burro caminó lejos de la flauta, dejándola en el prado donde la había visto sin detenerse a pensar lo que había pasado.
Moraleja de «El Burro y la Flauta»
Hay que entender lo que nos sucede para no ser ignorantes