Fábula: La Ocasión Pintada

En un reino lejano, en una época donde los dioses y las deidades caminaban entre los mortales, se decía que existía una diosa llamada Ocasión. Era conocida por aparecer ante los humanos en los momentos más inesperados, ofreciendo oportunidades únicas que podían cambiar sus vidas para siempre.

Ocasión tenía una peculiar apariencia: su frente lucía un brillante mechón de cabello dorado, pero la parte posterior de su cabeza estaba completamente calva. Sus pies eran alados, lo que le permitía moverse con una velocidad asombrosa.

Un día, un joven llamado Caelius la vio en una plaza del mercado. Reconociendo la oportunidad que tenía ante él, corrió hacia ella con la intención de agarrarla por el mechón dorado y pedirle un deseo. Sin embargo, dudó por un momento, y cuando finalmente decidió actuar, Ocasión ya había pasado de largo. Caelius intentó agarrarla por detrás, pero solo encontró la calva superficie de su cabeza.

Desesperado, Caelius cayó de rodillas, lamentando su indecisión. En ese momento, un anciano que había observado la escena se acercó a él y le dijo: «Joven, esa es la diosa Ocasión. Siempre debes estar listo para agarrarla cuando se presente, porque una vez que pasa, es imposible alcanzarla».

Moraleja de la fabula:

Las oportunidades son efímeras y pueden pasar rápidamente si no estamos preparados para aprovecharlas. Debemos actuar con decisión y valentía cuando se nos presenta una ocasión favorable, pues podría no volver a presentarse.

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