El monstruo de las emociones (Fábula – cuento)

En una selva vibrante y colorida, vivía Emilio, un camaleón especial. A diferencia de sus compañeros camaleones que cambiaban de color para camuflarse, Emilio cambiaba de color según sus emociones. Sin embargo, un día, despertó con sus colores mezclados, reflejando su confusión interna.

El sabio tucán Clara, conocido por su aguda percepción y sabiduría, al ver a Emilio en su estado multicolor, decidió ayudarlo. «Emilio», dijo Clara, «tus colores reflejan tus emociones. Debes entender cada una para volver a tu armonía natural».

Juntos, emprendieron un viaje emocional:

  • Amarillo: Llegaron a un claro donde el sol brillaba intensamente. Emilio sintió una calidez en su corazón, y su piel se tiñó de amarillo. «Esto es alegría», explicó Clara, «es la emoción que sientes cuando estás contento y satisfecho».
  • Azul: Viajaron a una laguna tranquila. Emilio, al ver su reflejo, sintió una melancolía y su color cambió a azul. «Esa es la tristeza», dijo Clara, «es natural sentirse así a veces, pero siempre hay un nuevo día esperando».
  • Rojo: En su camino, encontraron un grupo de monos peleando por una fruta. Emilio, al ver la injusticia, se tiñó de rojo. «Esa es la rabia», señaló Clara, «es importante aprender a manejarla y no dejar que te controle».
  • Negro: Al adentrarse en una cueva oscura, Emilio sintió miedo y se volvió negro. Clara, con su pico brillante, iluminó el camino. «El miedo es natural», dijo, «pero siempre hay una luz que te guiará».
  • Verde: Finalmente, llegaron a un prado lleno de hierba fresca y flores. Emilio, al respirar el aire puro, se tiñó de verde. «Esa es la calma», susurró Clara, «es el equilibrio que todos buscamos».

Después de su viaje, Emilio entendió sus emociones y aprendió a equilibrarlas. Sin embargo, un día, su piel mostró un tono rosado. Clara, sonriendo, dijo: «Eso, querido Emilio, es el amor, la emoción más poderosa de todas».

Moraleja del monstro de las emociones:

Cada emoción tiene su lugar y propósito en nuestra vida. Es esencial reconocerlas, entenderlas y aprender de ellas para vivir en armonía con uno mismo y con los demás.

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