Una paloma encerrada en una jaula se enorgullecía de la gran cantidad de crías que había incubado.
Un cuervo, al oírla, dijo: «Mi buen amiga, deja de presumir tan irracionalmente. Cuanto mayor sea el número de su familia, mayor será la causa de su angustia al verlos encerrados en esta prisión llamada jaula».
Moraleja
Para disfrutar de nuestras bendiciones debemos tener libertad.
Esopo