El Perro travieso

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Había una vez un perro que era tan maleducado y travieso que su amo tuvo que ponerle un pesado estorbo de madera en el cuello para evitar que molestara a los visitantes y vecinos. Pero el Perro parecía estar muy orgulloso de este colgajo que tenia en el cuello y lo mostraba, hacia ruido y nunca se quedaba quieto, parecía querer atraer la atención de las personas que pasaban por allí. Pero la verdad fue que no pudo impresionar a nadie.

«Serías más sabio -dijo un viejo amigo del perro- si te mantuvieras en silencio. y de bajo perfil sin querer llamar la atencion, pareceras incluso un perro más amigable. ¿ O Quieres que todos sepan que eres un perro travieso y de mal carácter?»


Moraleja del perro travieso

Hacerse notar no significa fama

Esopo
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