Un gran enfrentamiento estaba a punto de desatarse entre los Pájaros y las Bestias.
Cuando los dos bandos se juntaron, el murciélago dudó a cuál unirse para ayudar en la batalla.
Los Pájaros que pasaron por su puesto dijeron:
«Ven con nosotros»; pero el murciélago dijo: «Soy una Bestia».
Más tarde, unas bestias que pasaban por allí, levantaron la vista y dijeron:
«Ven con nosotros»; pero el murciélago dijo: «Soy un pájaro».
Por suerte en el último momento se consiguió la paz y no hubo combate, así que el murciélago se acercó a los pájaros y quiso unirse a la fiesta, pero todos se pusieron en su contra y tuvo que irse volando.
Luego fue a ver a las Bestias, pero tambien tuvo que retirarse, o de lo contrario lo habrían hecho añicos.
«Ah,» dijo el murciélago, «Ya veo que el que no es una cosa ni la otra, no tiene amigos.»