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Habia una vez un ciervo quien bebió agua de una piscina y se dió cuenta del reflejo de si mismo mientras lo hacia. entonces vio sus cuernos y dijo:
¿Que otro animal podría tener unos cuernos tan lindos como estos, con esa forma y grandes? una lastima mis patas, que son tan delgadas y tan feas.
En ese momento se acercó un cazador y le disparó una flecha muy rapida.
El ciervo al escuchar el ruido muy rápidamente se alejó con la mayor prisa logrando esquivar todas las flechas, con la ayuda de sus piernas, estaba casi fuera de la vista del cazador; pero sin darse cuenta de adónde iba, paso por unas enredaderas que le atraparon sus cuernos dejándolo expuesto ante el cazador que venia detras de él.
Moraleja de la fabula
«A menudo despreciamos lo que nos es más útil»
Esopo
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